A partir de experiencias personales, sueños y apoyo incondicional se edifican las grandes acciones. Pubenza Arbeláez, la fundadora de Manos Amigas, Mujeres Trabajadoras de Colombia, considera que fue una mamá muy joven y también muy vieja porque fue madre a los 16 y a los 43 años de edad, así que conoce la problemática que se crea alrededor de una adolescente embarazada.
Pubenza pidió apoyo de amigos, psicólogos y trabajadores sociales y, con la vinculación incondicional de sacerdotes y pastores de diferentes iglesias cristianas dio vida a esta fundación que apoya a mujeres embarazadas menores de 18 años a cumplir sus objetivos de vida y ser mamás. La fundación apoya incondicionalmente el sí a la vida y no al aborto.
No sólo han apoyado a muchas mujeres, sino las han convertido en multiplicadoras de derechos humanos. “Gracias al trabajo que se realiza en Manos Amigas, hemos podido sacar adelante este proyecto. No ha sido fácil, pero siempre hemos tenido apoyo, como el que nos dio en un comienzo Santiago Salah, y quien murió. Otra persona que me ha brindado mucho amor y ayuda ha sido mi hija Diana Puerta”, dijo Pubenza.
“Cada mes, Diana me envía una ayuda para mis gastos, que uso como viáticos para cuando me desplazo a otras ciudades en función de mi trabajo institucional. A pesar del gran trabajo que hace la fundación con las jóvenes madres, necesitamos más apoyo económico porque las necesidad es mucha”, agregó.
Hoy en día, la fundación es una organización no gubernamental de Desarrollo Humano y Social que busca mejorar la calidad de vida de la población vulnerable a través de proyectos productivos, organizativos y de educación, con énfasis en Derechos Humanos de niños, niñas, jóvenes y adultos en situación de pobreza, discapacidad y otros factores de vulnerabilidad, para propiciar su acceso equitativo al buen vivir, sin dejar a un lado el objetivo primordial que es proteger la vida y apoyar a adolescentes en estado de gestación.
En Canadá, hemos logrado hacer una buena labor de divulgación, tanto así que por sugerencia de algunos expertos, abrimos la sede canadiense “Helping Hands to Fortify Your Life”, dijo Pubenza.
“Gracias a Dios ya hemos encontrado personas dispuestas a colaborar con la Fundación, pero siempre hay un lugar para alguien más que quiera ayudar. Si quieres saber más de Manos Amigas Mujeres Trabajadoras de Colombia, visita www.mamutc.org”.
Y concluye recordándonos que “las manos que ayudan nunca estarán vacías”.
